¡Guerra al Hombre Blanco!
¡GUERRA AL HOMBRE BLANCO!
– El Hombre Blanco lo es todo y todos somos el Hombre Blanco –
Fuertes ráfagas de viento se hacen eco de un bullicio y tensión indescriptibles que se trasladan por todos los caminos. A lo lejos, entre las praderas del Parque, se vislumbra a una muchedumbre enfurecida agitando el tam-tam y empuñando el hacha de guerra. Se trata del Konsejo de Tribus declarando la guerra al Hombre Blanco y señalándolo como su principal enemigo. Este adversario, que es abstracto y concreto al mismo tiempo, impone su orden social sometiendo a todas las personas y a la madre naturaleza. Sin embargo, no le será tarea fácil seguir haciéndolo, pues tendrá que hacer frente a innumerables indios –más de mil y menos de quinientos– agrupados en tribus que no vacilarán en hacer todo lo posible para tratar de impedírselo.
En el primer encuentro del Konsejo de Tribus se estableció como objetivo fundamental acabar con el Hombre Blanco y su modelo de vida impuesto, por lo que sus consiguientes acciones trataron de alcanzar este objetivo empujados por el corazón y empuñando el hacha de guerra. La rabia ante las mentiras del Hombre Blanco, vertidas por partidos, sindicatos y medios de comunicación, y la indignación juvenil, debida al momento sociohistórico vivido a finales de los 80, fueron el caldo de cultivo que aunó a las tribus contra el gran enemigo.
Pero… ¿qué o quién es el Hombre Blanco? Éste lo es todo y todos somos el Hombre Blanco. Es el sistema establecido y su principal representación se encuentra en aquellos que ostentan poder y control sobre la otredad: patrón, padres, jueces, médicos, maestros, casacas de todos los colores, etc. Sin embargo, no hay que obviar que el Hombre Blanco se encuentra en todos los estamentos sociales y ha permeado en la identidad y subjetividad de cada individuo, por lo que nadie está libre de pecado y expurgar lo aprendido se torna una tarea verdaderamente ardua. Como bien indicó el sabio Coco Rayado: “el peor Hombre Blanco es el que todos llevamos dentro.” (Parke Express nº 0, p. 17) Una idea que sigue presente hoy en día, pues en la entrevista que realizamos a Toni y Paco –guerreros de la Tribu del Parke–, este último nos dijo al inicio de la conversación: “Yo, lo primero que se me ha ocurrido: qué partes de Hombres Blancos tenemos hoy en día, ¿no? Así autoanalizándome, de lo que yo pensaba… ¿hasta cuánto soy coherente con lo que yo pensaba y decía?”.
No obstante, la existencia del Hombre Blanco y su presencia en el interior de hasta los más temibles guerreros, no es natural ni intrínseca a las relaciones humanas, sino que responde a los intereses de las clases dominantes y a su configuración de la realidad social. Para poder conseguirlo y seguir perpetuándose, requiere de distintos mecanismos como el trabajo asalariado y artefactos no neutrales como la televisión o el reloj, que son criticados por los guerreros de las tribus en sus publicaciones. Cabe añadir que, el reloj y la televisión no son objetos coercitivos per se, pero se convierten en instrumentos de dominación en manos del gran enemigo, quien se sirve de éstos para controlar y alienar a la población.
El Hombre Blanco dictamina el orden social vía el trabajo asalariado y el modo de producción y acumulación capitalista, enajenando así a los individuos de su propia capacidad de autogestión y organización. Mediante el reloj constriñe sus vidas atándolas a los tiempos del Capital, ya que supone el recuerdo constante de la existencia y el deber del trabajo asalariado. Por otro lado, gracias a la pequeña gran caja tonta, atomiza y aísla a la población a la vez que disminuye los lazos sociales establecidos entre los guerreros. Por todo ello, los indios del Konsejo de Tribus tienen claro qué debe perecer.
Llegara el dia de la luna, donde podamos determinar qué es lo que queremos hacer en esta vida, y porque queremos hacerlo, y entonces nada y nadie podra obligarnos a cosas sin sentido, como tener un reloj por compañero de vida, unos horarios hechos para romper el corazón, el espíritu del ser humano, una vida basada en el dinero, un papel insignificante que el hombre blanco ha hecho que le demos valor, todo esto y mucho mas, esta envuelto en un dulce envoltorio que el hombre blanco ha creado para nosotros, pero lo bueno no es que sea un caramelo, si no que es puro y duro veneno. (Coco Rayado, Parke Express nº extra, p.5)
El rechazo de los indios a la pequeña gran caja tonta les rindió un divertido momento sucedido durante un Consejo de Tribus, donde “una de las actividades fueron las prácticas de tiro con lanza con objetivo una caja tonta, la quema de esta, junto a diversos objetos” (Parke Express nº 0, p. 9). Las resultantes señales de humo convocaron a los cascas verdes, quienes preguntaron por el jefe y recibieron una respuesta en forma de sonoras carcajadas ante la inútil cuestión.
El hecho de querer desprenderse del reloj, así como los actos de reírse de los guardias civiles y quemar una televisión, por banales que parezcan, son toda una declaración de intenciones: reivindicar la horizontalidad y la autogestión, además de rechazar los instrumentos de control y los casacas del Hombre Blanco.
Esta contienda, librada entre indios y el poder, la empieza el gran enemigo “porque la civilización burguesa del hombre blanco no es más que una guerra de exterminio contra los hombres y las mujeres, contra la tierra, contra la vida.” (Historia del Konsejo de Tribus, p. 20). Ante esto, los indios agrupados en tribus tratarán de recuperar lo suyo, lo nuestro. En esta línea se produjo la sonada acción del asalto al Continente, cuya intención puede entenderse como la expropiación de los productos del pueblo robados, en primera instancia, por el Hombre Blanco y almacenados en el supermercado. Una buena síntesis del conflicto contra el gran enemigo la ofreció uno de los guerreros entrevistados en su día por TV3:
La guerra a l’Home Blanc consistix en fer accions que li fagen pupa, en denunciar totes les situacions que estan patint quantitat de gent: gent jove, gent major. I el escomençar a crear una forma de vida que siga més solidaria, en més amor i en més llibertat. Per exemple: el fet de passar de la família, destruir la família completament; el fet de treballar per plaer i no perquè t’estiguen pagant; el fet de montarte-lo de guay en els col·legues, de parlar les coses; o el fet d’anar a un supermercat i exparramar un supermercat perquè hi ha ahí uns cabrons que s’estan beneficiant. (Nube Perdida)
De esta misma cita podemos extraer que la propuesta del Konsejo de Tribus también implica establecer fuertes vínculos sociales entre los indios, hecho que llevaban a cabo fumando la pipa de la paz mientras ansiaban que volviera a florecer la hermosa pradera y poder vivir en plena armonía con la naturaleza, sin rastro del Hombre Blanco.
Sea como fuere, esta lucha implicó que los guerreros –más de mil y menos de quinientos– rompieran con las cadenas de aislamiento y se organizaran mediante la autogestión de sus propios problemas para librarse del Hombre Blanco y poder disfrutar así de la libertad de una gran tribu sin clases.
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